lunes, 27 de febrero de 2012

Tocar organeta...

Me gusta, me relaja, me da placer, me siento cómoda, es como un refugio. Anda medio oculto para los que me conocen no sé bien por qué (jaja de pronto la respuesta está en la palabr "refugio")... Siempre lo he visto como un hobbie, no lo veo como un talento y durante largos periodos del año me olvido de ella (mi organeta).

Cualquiera puede aprender con clases, como yo lo hice, además no es la gran cosa, mi mano izquierda es amotra porque solo me da los acordes y sus movimientos son escasos en comparación con la derecha... Otra cosa es la gente tesa que toca piano y mueve a toda m... las 2 manos.

 Lo comparo con lo que la escritura significa para mí y es una diferencia abismal. En mi escritura sí creo como un talento, es algo que he cultivado, es algo que para mí significa demasiado, siempre reflejo lo que soy, siempre le meto corazón, así sean cosas relacionadas netamente con mi profesión. Además, no sé, es chévere que la habilidad para escribir no pueda medirse ni compararse con objetividad, es algo tan personal... Mientras que en la música o en la organeta sé con seguridad que lo que hago es poco y que hay personas mil veces mejores que yo.

 Este escrito la verdad apunta a una canción que fue de las primeras que aprendí y que para mí significa demasiado. Jamás olvidaré como tocarla, ni la letra de la canción porque es muy linda... "Camino de la vida", puedo tocarla casi que con los ojos cerrados, o al menos cerrarlos a ratos mientras la canto y toco para conectarme aún más...

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