martes, 23 de junio de 2020

The flip side on father's day

Tengo varias ideas para compartir frente a la forma como le celebré el día del padre a mi esposo y, más exactamente, frente al manejo que se le da a la fecha por redes sociales. Había pensado hacer un video espontáneo y subirlo por IGTV, pero siento que la gracia de esa idea era haberlo hecho en caliente, osea fresquito, idealmente anoche y al fin no se dio. Entonces pues... aquí vienen mis ideas "reposadas" por escrito. Sobra decir que el título me vino en inglés pero definitivamente el idioma de esta reflexión es en español.

Creo que una de las cosas más bonitas de las relaciones de pareja es como mutuamente las partes se complementan y/o equilibran. En nuestro caso, con mi esposo, pienso que él ha aprendido a dejar de ser tan reservado y/o a abrirse un poquito, compartir de su vida... digamos quizá en redes aunque lo haga esporádicamente casi que nunca o simplemente permitir que las personas que lo rodean conozcan un poco de su vida personal (según me cuenta en la universidad nunca quizo que nadie supiera donde vivía, jeje). Yo por mi parte pues... pasé a darle un mejor manejo a las redes sociales no porque él me lo dijera sino porque entendí el valor de la privacidad, no como algo secreto que haya que ocultar sino porque es justo y necesario guardarse algunas cosas para uno mismo y apreciarlas por el valor intrínseco que tienen y que no depende del hecho de compartirlo en redes ni de cuántos likes o comentarios puedes general: el valor está en la vivencia en sí misma no en la validación que personas externas puedan hacer manifestándose en redes.

En este día del padre con mi esposito supongo que tuve la intención de tomarnos una foto bonita para luego compartirla en redes, la prueba de esto está en que mi mamá vino el sábado a mi casa y le pedí que por fa me trajera la cámara (todavía sigo preferiendo la cámara digital tradicional, no la de los celulares, para esas fotos de fechas especiales/memorables). Pero las cosas fluyeron de otra manera y me pareció perfecto: resulta que toda mi energía y concentración la invertí en cocinar para mi esposito, en esencia puse mi corazón por él y para él. Poco a poco voy cogiendo más experiencia o por lo menos confianza en la cocina y si bien estoy lejos de considerarme una experta al menos siento que ya superé la necesidad de compartir con ese espíritu de "soy una novata y aquí me estoy aventurando, esto es lo que estoy haciendo (cocinando) o lo que hice hoy y así me fue". Esta vez la receta que seguí fue reserva del sumario aunque sí compartí lo del método de cocción en ausencia de horno porque me parece una opción súper recursiva, es la primera vez que la hice y fue mi salvación (lo logré, seguí esta opción y fue un éxito, el plato salió perfecto). Lo bueno es que ahora mi esposo y yo empezamos a ver la necesidad de cambiar la estufa/horno de la cocina como algo apremiante... ah sí, mi tarea es echarle un ojito a la estufa por internet (pendiente). Por ahí me alcanzó a hablar de la idea de hornear y vender galletas y no me suena nada mal, además sueño hornear con Salomé, por ejemplo galletas de Navidad, ojalá en un futuro no tan lejano -ojalá lo logremos este diciembre, jaja-.

No sé... quizá parte de ese sentido de reserva de mi esposo viene de casa, y ps justamente pasó que resultamos donde mi suegra. Ella lo llamó para felicitarlo y me di cuenta, por lo que él me contó de lo que ella le había dicho, que anhelaba celebrar el día del padre con él entonces al rato le dije "no sé, tu madre me dejó pensando"... y le terminé proponiendo que podía llevar a donde ella las cosas que iba a hacer de almuerzo, para celebrar el día del padre con ella y así fue. Básicamente todo se volvió un corre-corre aunque no tanto jeje porque ps si había algo de afán ya que se estaba haciendo como tarde para almorzar pero en estos días logré hacerle entender que por fa no me afanara cuando cocinaba con él, que me tuviera paciencia, mejor dicho aprendí a aceptar mi ritmo lento y ps necesito que él también lo respete jeje igual ahí de a poquitos voy mejorando. En todo caso esperar que el (ya no secreto) suflé de atún se cocinara, desmoldarlo, sacar el pie de limón de la nevera que había hecho la noche anterior, terminar de alistar las cosas (de cocina más la pañalera con lo de Salo) y corra. Y ps el tema era llegar, servir todo y compartir... simplemente eso, nunca me pasó por la mente la idea de foto, definitivamente tenía puestos mis sentidos en la experiencia en sí misma por y para nosotros, los allí reunidos y presentes, no para las redes, no para mostrar con orgullo las cosas que había preparado, no para mostrar lo feliz que había hecho a mi esposo o el buen momento que tuvimos en familia.

No digo que compartir en redes sociales sea malo, solo... no sé, viví el día del padre quizá de una forma distinta a lo que es el "común denominador" hoy en día, simplemente NO tuve afán de mostrar, no pensé en el mundo digital para nada. Claro, hay personas que no son tan afiebradas de las redes, por ejemplo tengo varios familiares que poco publican y quizá conecten con esto que escribo. En mi caso pues... sería una hípocrita si pretendiera aquí volverme una detractora de las redes sociales pues creo que es bastante lo que publico de mi hija especialmente en Instagram y pues pasa que la emoción de madre con cada cosa relacionada con ella me desborda y me lleva a ese querer compartir, que cuántos estén de acuerdo o no, no lo sé, pero creo que es más fácil entender mi sentimiento y el porqué de mi actuar que juzgarme (y si no ps de malas, jaja). Lo mismo pueden decir quienes ayer compartieron con alegría en redes sociales cómo celebraron el día del padre con sus progenitores y/o cónyugues, la felicidad y no la "moda" o tendencia los llevó a compartir. De todas formas no sobra plantearse la posibilidad de sacar los celulares de las celebraciones en familia, mejor dicho revelarse contra la tendencia que impuso Instagram de publicar al instante, es más importante estar presente en el momento que estás viviendo con tus seres queridos especialmente si se trata de una fecha especial que el afán de compartirlo (desviar tu atención hacia esos dispositivos y sus pantallas en presencia de tus familiares). Considero yo que es válido tomarse tantas fotos en familia y/o selfies como se quiera pero es sano y sabio también saber aguardar para publicar. Quizá por eso también sigo amando la cámara de fotos digital tradicional. Para mí por lo general usarla implica esperar a la noche ya sin invitados o ya sin estar de visita para ver las fotos con calma y escoger cuáles compartía. Buscando por lo general compartir pocas -no tantas- o si fuere el caso hacer un collage.

Esta soy yo aquí y ahora. Y así es como mi esposo me ha influenciado/equilibrado.

FIN.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Mi papito es el mejor de los regalos...

Sé que quiero y necesito escribir, sé que quiero expresarme, sé que quiero sacar todas las cosas que pienso y siento motivada por los recuerdos que recuperé y reviví al haber convertido esos videos viejos de la filmadora, como del 99 hacia atrás más o menos, y sé que TODO tiene que ver con mi papito. Necesito expresarlo porque no quiero olvidarlo, porque esto es importante para mí y siento que es algo que vale la pena compartir aunque irónicamente me cueste un poco expresarlo y no me fluyan las palabras... es un sentimiento que desborda.

Lo que siento es una infinita gratitud: con mi padre, con Dios y con la vida misma. Mi motivación para ¡por fin! haber mandado a convertir esos videos en parte era recuperar esos recuerdos que ya no tenía (la memoria de un niño es muy frágil, imagino que ha de ser distinto para mi mamá, ella sí tiene la capacidad de recordar esas vivencias, de activar esos recuerdos en su memoria al verlos de nuevo porque son cosas que vivió ya como una mujer adulta), quería más que nada acordarme de mi padre en mi infancia y tener mucho más material para compartir con Salomé al hablarle de su abuelito... muchas más imágenes, muchos más recuerdos que mostrarle.

Lo que no me esperaba era generar, a partir de esos videos, una pieza adicional muy valiosa a mi manera de ver e interpretar la relación que tuve con mi papito. Quizá parte de mi dificultad para expresarme en este escrito es que hay pedazos de emoción/pensamiento que me fluyen en inglés y yo misma me objeto porque es como "mi papá no sabía inglés" y como que luego me contesto "sí, pero para ti este idioma es algo muy valioso/significativo y es también una forma de expresarte, creo que eso ya no importa cuando estás en el cielo y de cualquier forma (idioma) puede entenderte"... solo estoy dramatizando un poco mi disyuntiva interna. En todo caso el descubrimiento, al parecer bastante obvio pero infinitivamente valioso es: "You (dad) were there"... tú estuviste ahí, papito de mi corazón, estuviste a mi lado mientras yo crecía (you were there by my side while I was growing up), compartiste conmigo y es bonito ver eso hoy en día. 

Es que, aunque mi razón para haber estado en terapia con Ricardo (psicología) NO fuiste tú sino el tema de la psiquiatría y el medicamento, el proceso como fue digamos amplio y completo y de cierta manera cubrimos toda mi vida, tú, sin duda, fuiste un tema escencial y gracias a que confronté en terapia mis sentimientos hacia ti e incluso tuvimos una sesión en la que tú estuviste presente... que si bien no recuerdo mucho en cuanto a su contenido y lo que hablamos sí tengo claro que fue de alto voltaje emocional... ese día por la tarde era la celebración del día del padre donde Sandy y yo estaba muy rara, osea demasiado ida y medio pasmada. En todo caso la parte del proceso con Ricardo alusiva a ti y a nuestra relación se convirtió en la base para sentirme en paz contigo y para madurar en mi actitud hacia ti.

Lo que quiero decir es que si bien es una bendición haber sanado en mi relación contigo, hay otra idea que se me quedó grabada y pues... también salió de terapia, jeje. La forma en que recién iniciando el proceso con Ricardo él encontró para describirte fue señalar que tú habías sido como un satélite en mi vida, como un cuerpo presente aunque distante... y en su momento yo no pude estar más de acuerdo. Es bastante obvio y evidente (digo tú lo sabes y en general cualquier familiar cercano creo que puede verlo) que tu mejor forma de manifestarme tu amor era a través de cosas económicas y materiales, te costaba ser afectivo y expresar tus sentimientos, siento que mi mamá tuvo un papel mucho más activo en mi crianza, para mí era difícil por no decir imposible, confiar en ti, a medida que crecía y me estrellaba con tu lado racional duro (frío), más y más me cerraba contigo... alguna vez me dio por preguntarle a mi mamá sobre qué tanto te hiciste tú cargo de mí cuando yo era bebé, creo que la pregunta surgió inspirada por las cosas que estaba leyendo en ese momento y si bien no recuerdo su respuesta textual lo que me dijo fue que pues... realmente no te hiciste cargo salvo aquella vez en que convulsioné, mi mamá se asustó y me tiró en tus brazos. Entonces ese pedazo de información aparentemente casual conectaba perfectamente con la idea de "papá-satélite". Ok, sí, está bien, así fuiste tú pero ya no importa, los rollos que pude haber tenido contigo ya los confronté, ya los superé y por encima de todas las cosas, te amo. No hay lío.

Ahora, resulto viendo estos videos y verte, vernos, así juntos compartiendo es MUUUUUY lindo... es como reconocer que al crecer = dejar de ser niña y empezar a ver las cosas diferente, pude quizá haber tenido una especie de ruptura implícita contigo y como que nos distanciamos, pero antes de eso yo era tu niña, te veneraba y tuvimos un largo tiempo (varios años) para compartir y querernos mucho. Vi cómo me sujetabas en la piscina del hotel que tuvimos en El Carmen de Apicalá, estoy agarrada a tu cuello y tengo tan solo 3-4 añitos... qué hermoso verme así contigo... vi cómo bailamos un momentico en la fiesta de mi Primera Comunión y luego brinco y te despeluco jajaja sí yo fui medio loca (hiperactiva), eso también ya lo sabemos... es un poquito dispendioso ver cada minuto de video recuperado porque el material es bastante y hay muchas partes dañadas pero vi lo que más pude y me encanta simplemente ver que estuviste ahí, que compartimos, que nos quisimos mucho, que mi infancia está llena de recuerdos contigo aunque quizá muchos de ellos no los tenía presentes y es genial ver que después de todo NO fuiste tan satélite.


Yo tuve tu presencia y tu cariño en mi vida, quizá no fue tan fácil para ti, quizá mi mamá y yo te "desafiamos" en tu manera de ser y ver la vida porque sin duda no fue para nada parecido a tu experiencia con Isabel y mis hermanas, porque mi mamá te salió un poquito más rebelde y supo sentar su posición (no someterse) y yo, para rematar, te salí bastante alborotada (inquieta)... pero supiste estar ahí, darme tu amor y tenerme paciencia, aunque quizá lo más notorio fuera tu dureza... más de una vez me soltaste un frío "¡deje sus pendejadas!" (y en cierto video haces un comentario sobre mi falta de cultura por haberme trepado a una silla, jaja) de todas maneras yo te tuve conmigo y tuvimos mucho tiempo para compartir... cómo olvidar las breves guerras de cosquillas, tu risa que ahora sospecho muchas veces fingías, (¿en serio te hacía cosquillas? de cualquier forma disfrutaba ese juego), las monedas que sagradamente me dabas todas las noches y dieron inicio a mis ahorros primero en alcancía, luego en el banco... yo tuve tu amor y tu compañía en mi infancia y ese es el mejor tesoro. Nos quisimos mucho. Nos queremos mucho. 

No sabes cuánto me llena darme cuenta hoy de que estuviste ahí. Por ejemplo fuiste a la celebración de mi cumpleaños de 8 añitos en el cole... ¡qué bueno verte ahí! y así en general estuviste de muchas maneras en mi vida y me encanta darme cuenta de eso ahora porque pues como dije antes es una pieza valiosa de descubrir, es algo que llena y no sobra. Yo estoy tranquila en mi relación contigo tras tu partida al cielo básicamente por dos razones, la primera, ya la dije y fue el tema del proceso con Ricardo, de haber confrontado en terapia los rollos y dificultades que pude haber tenido contigo y la segunda, también algo de esto ya te había mencionado (escrito) antes y es que básicamente maduré en mi forma de ser contigo, también en parte Miguel tuvo que ver porque de cierta manera supo hablarme, aconsejarme y para terminar pues... el tiempo de tu enfermedad y agonía fue también un tiempo para aprender a acompañarte, aceptar y soltar, fue un tiempo para comportarme como la hija adulta que soy y estar ahí para ti, al lado de mi mamá... no sé, en medio de todo fue un cierre bonito aunque quizá física y mentalmente doloroso para ti, nos permitió prepararnos para despedirte... 

Es genial ver que los regalos vienen y no siempre llegan para apagar un incendio o sanar una herida, a veces simplemente vienen por añadidura. Sé que tú y yo quedamos en paz, sé que no se nos quedó nada pendiente, sé que no tengo ningún reclamo que hacerte y que, como te lo dije en esas palabras que te escribí y leí un par de noches antes de tu partida, por encima de las dificultades que hayamos podido tener en nuestra relación, el amor es más fuerte. Me quedo con el infinito amor que te tengo, que nos tenemos, en ese sentido los recuerdos y el descubrimiento que ahora hago digamos que no es que lleguen para ayudar a sanar o cerrar una herida, simplemente llegan como un bono adicional supremamente valioso, son recuerdos que no solo le mostraré a Salomé, nuestra hija, tu nieta, sino que además hoy, aquí y ahora, tienen un valor especial para mí.

Te amo, papito y estoy infinitamente agradecida por ti, por tu presencia en mi vida y por el padre que fuiste. Ahora entiendo mejor las palabras de mi mamá. Fuiste un excelente papá conmigo, entiendo que la parte afectiva te costaba quizá por tu formación militar, por tu forma de ser o pensar, pero estuviste ahí conmigo y ese es el tesoro que hoy descubro, guardo y preservo en mi memoria con mucho amor. Tu amor lo viví y lo sentí y no solo por medio las cosas materiales. Gracias por todo, papito.

domingo, 4 de febrero de 2018

When a book you previously read throws some lights upon the reality you are facing now...

Uno de los libros más enriquecedores que me leí el año pasado sin duda fue The four things that matter most, escrito por el doctor Ira Byock. Este señor ha dedicado, no recuerdo bien si toda su carrera o una gran parte de ésta a los cuidados paliativos y lo que transmite en este libro son enseñanzas de vida basadas en su experiencia cuidando enfermos que ya están muy malitos y de cierta manera van de cara hacia la muerte... enseñanzas de vida y reflexiones que recaen no solo sobre el paciente sino también sobre sus familiares.



El cáncer de mi papá ha vuelto y en las últimas semanas parecía estarlo derrotando: el antígeno anda súper alto (en 800 y pico), y él venía lleno de dolencias y con mucha dificultad para moverse; era evidente, aunque hiciera falta una confirmación por medio de diversos exámenes médicos, que la metástasis en huesos se había extendido y que el medicamento que le estaba mandando el oncólogo había dejado de hacer efecto. El viernes mi mamá le llevó los exámenes al Dr. Godoy y él dijo que la parte buena era que no tenía tumores que requirieran quimioterapia ni nada de eso para atacarlos e irradiarlos. Sin embargo pues... según el oncólogo ya no hay nada que hacer. Dijo también que no creía que durara mucho así, pues... porque la realidad es que debemos prepararnos, pero a la final el único dueño de la vida y quien sabrá en qué momento llamar a mi padre es Dios. El señor dio fue una orden para que lo vieran por cuidados paliativos, que incluso podría ser en la casa porque pues... al menos hasta el viernes, movilizar a mi papá era un tema bien complicado; la semana pasada, para los diferentes exámenes que tuvo, el miércoles un primo nos ofreció su camioneta, y luego para otro examen el jueves logramos el transporte médico especializado por medio de un palancazo en la EPS.

En medio de toda esta situación comencé a pensar que había llegado el momento de repasar las enseñanzas de ese libro de Las cuatro cosas que más importan. En esencia lo que el autor plantea es que las 4 cosas más importantes para decirle a nuestros seres queridos son: 1) Por favor perdóname, 2) Te perdono, 3) Gracias, 4) Te amo y que estas cuatro, digamos frases esenciales, son la forma de dar cierre y/o completar una relación, no porque ésta se acabe sino porque queda COMPLETA, es decir, que no le falta nada, que es plena, que no guarda rencores ni dolores, que fluye.

Recuerdo haberle comentado a Miguel, cuando me estaba leyendo este libro que... me gustaría poder aplicar esas 4 cosas con mi papá, solo que no sabría cómo o cuándo buscar el momento. Además... no sé, esto lo digo ahora pero pues... con él siempre ha sido difícil comunicarme especialmente en un plano digamos más reflexivo y/o trascendental. En general casi nunca logro comunicarme con él de manera eficiente y a la final ya me acostumbré a que él poco me copie de lo que le digo, sea porque hablamos "lenguajes diferentes" como alguna vez lo señaló Ricardo (DOS vs. Windows o simplemente un señor mayor vs. una pelada joven moderna) o porque la memoria le falla, o porque tiendo a hablar rápido, por lo que sea...

Solo digo que, a la luz de lo que plantea ese libro, sería bonito poder hacer una especie de "cierre oficial" en la relación con mi papá. Ahora, ¿es fundamental o necesario? no sé, no estoy segura, pero sí sería bueno evaluarlo. Y más o menos algo así fue lo que traté de hacer a modo de conversación de yo con yo = especie de "autoterapia" manifestada a través de varios tweets en mi cuenta de deparche:



La buena noticia es que gracias en gran parte a mis sesiones de terapia con Ricardo, que abarcaron diversos temas de mi vida entre ellos por supuesto la relación con mi papá, no le guardo ningún rencor ni tengo ningún sentimiento negativo hacia él. La idea ahora es recordar lo bueno de él y llenarme de buenos recuerdos... y así algunas de las cosas que menciono en esos tweets... Gracias a que yo pillé a mi papá ensayando sus palabras para el brindis en mis 15, yo también preparé las mías...

Para mí, hacer el cierre oficial en la relación con mi papá, a la luz de lo que plantea el libro, vendría siendo algo así como una especie de "bonus track" o "comodín" porque de cierta manera el proceso de sanar las heridas que pudo causarme la relación que tuve con él y su complicada forma de ser, es algo que ya se dio. Ahora que poder perdirle perdón, darle las gracias y decirle que lo amo, no sobraría. Igual es que esas cosas son bonitas pero para mí lo valioso va más allá del simple hecho de decirlas. Ahora que lo he visto tan malito, es muy fácil estar a su lado, consentirlo, decirle que lo quiero mucho y que él me diga que también me quiere. Ambos nos queremos y eso es una verdad más que obvia, pero  si nos pusiéramos a pensar un poco más en los porqués y pudiéramos expresarlos, eso le daría mucho más valor a esa frase. "Te quiero / te amo porque...", "perdóname porque...", "te perdono porque..." y "gracias porque....". 

Bueno... la verdad es que el amor no requiere justificación:

El amor no requiere justificación. Tiene un valor inherente. Si amas a alguien, ninguna otra razón para amar -o vivir- es necesaria.

En todo caso lo bonito sería poder reflexionar en serio más allá de decir cada frase. Puede que me quede pensando en la manera de hacer ese cierre, puede que no lo haga y nada pase. Tal vez la única parte que alcanzo a sentir como necesidad en algún rincón de mi corazón sea la de pedirle perdón, pero bueno, en ese punto no voy a ahondar aquí.

Ayer a una de mis hermanas se le aguaron los ojitos al momento de despedirse de mi papá. Ella quiso ocultarlo colocándose, bajo techo, sus gafas de sol y yo opté por abrazarla cuando se despidió de mí, le dije "tranquila", de cierto modo como que intenté reconfortarla o consolarla y ahí sí dejó salir algo de llanto... alcancé a pensar, a posteriori, que a la que tal vez podría venirle MUY BIEN los planteamientos del libro sería a ella. Pero... yo no sé mucho sobre la relación de ella con nuestro padre más allá de algunas cosas sueltas que alguna vez escuché por ahí y tal vez no soy quién para meterme. De todas maneras pues... me gustaría poder mostrarles ese libro a todas mis hermanas y/o hablarles de él, uno nunca sabe, quizá algo les cale, quizá algo les quede sonando, quizá algo les sirva. Entonces hoy me traje el libro de nuestro apartamento para donde mis papás, no alcancé a verme con ellas hoy pero igual empecé a hojearlo yo. Y así me encontré con esta parte: 


El aislamiento y el abandono causan sufrimiento en las personas de todas las edades y culturas incluso en la ausencia de enfermedad. Para las personas bajo estrés, que estén lidiando alguna enfermedad o enfrentando algún cambio, el aislamiento emocional puede ser tortuoso.  Mucho más que el dolor o cualquier otro síntoma físico, el aislamiento evoca sentimientos de impotencia y desesperación. Esto no es cierto sólo para las personas cuando están muriendo -es cierto para todo el mundo.

Antes de que mi papá se viniera abajo físicamente = perdiera en gran parte su movilidad, de cierta manera se había derrumbado emocionalmente: andaba flojo con la comida, se la pasaba acostado, se bañaba tarde, a veces no se vestía y volvía a quedar acostado sobre la cama tendida, a veces en bata otras veces desnudo con una cobija encima... era como si se hubiera cansado de luchar, como si hubiera renunciado a la vida, como si se reafirmara sobre los dolores que sentía y se dejara tumbar por ellos, como que no tenía ganas de nada, solo de que no lo jodieran... y así por ejemplo se la pasó prácticamente todo el tiempo acostado en Santa Marta.

Ahora que si hablamos del cambio tan notorio que tuvo ayer y hoy, en gran parte, creo yo, gracias a la visita de mis hermanas y del vernos a todos reunidos a su lado pues... no sé, me parece que algo de lo que dice la imagen tiene que ver. Para mí el hecho de verse rodeado y querido lo recargó de energía y le devolvió las ganas de luchar por la vida. Desde antes de que ellas vinieran, mi papá se paró con ganas y fuerza para hacer las cosas por su cuenta. La mañana se nos fue haciendo vueltas de banco y las resistió sin problema, pudo caminar, estarse también un buen rato de pie y luego otro tanto más sentado pero sin necesidad de silla de ruedas. Luego mis hermanas vinieron, estuvimos un buen rato acá, luego ellas se fueron, pedimos almuerzo... Miguel fue a visitar a mi suegra, mi mamá se fue a arreglarse las uñas, yo me quedé acá en el apto, al rato mi papá preguntó a mi mamá, yo le dije que ella se había ido al salón y como a los 10 minutos después le dio por decirme que si yo tenía el número del salón que se quería arreglar las uñas de los pies... Nos fuimos caminando mi papá, la enfermera y yo al salón donde estaba mi mamá cruzando la Suba y tal y como lo dijo él se mandó a arreglar los pies... ahora está lleno de alientos y con ganas de pelear... de cierta manera ya se fue ese viejito cariñoso y amoroso que se dejaba consentir y volvió el señor entero a veces medio grosero y odioso que no quiere que estén tan encima de él ni que lo cojan tanto (hoy se encerró en el baño para hacer sus necesidades solito sin supervición). Esta mañana le dijo a mi mamá que buscáramos otro oncólogo para que lo tratara y que volviera a pedir la cita de los ojos a la que no fue la semana pasada porque se sintió mal, le dijo que si aparte de lo del cáncer jodido de los ojos, grave, parece también que se va a volver a tomar los jugos...

Foto de ayer... mi papá con todas sus hijas y algunos de sus cuñados además 2 de sus nietos y, por supuesto, mi mamá.

Yo no sé qué tanto nos dure mi papá, pareciera que no fuera tanto y que la muerte lo acechara, pero sí sé que a pesar del aparente diagnóstico de "ya no hay nada que hacer" él ahora sí tiene ganas de luchar o al menos de vivir bien (no así todo disminuido y malito, postrado en cama) el tiempo que le queda... tengo el leve presentimiento de que una meta de él secreta es estar lo suficientemente bien al menos para poder prescindir de los servicios de las enfermeras... no sé, es algo que siento e intuyo, como una suposición mía...

Dios mío, el dueño de la vida eres tú. Te agradezco por la energía y vitalidad que, en medio de las circunstancias le has devuelto a mi padre. Solo tú sabrás en qué momento decides llamarlo, yo solo te pido con todo mi corazón que si prolongas quizá varios meses su estadía en este mundo, no permitas que sufra. Y por sobre todas las cosas te pido encarecidamente que no permitas que llegue a darse eso de la tal "compresión medular" que según nos explicó la doctora de la Shaio es lo más grave y fatal que puede pasar... dijo mi mamá que el Dr. Godoy le dijo que si bien no hay compresión, el cáncer sí está tocando la médula... por fa Diosito, yo solo te pido que no sufra mi papito.

domingo, 15 de enero de 2017

En perspectiva...

Por lo general esa expresión se usa para decir que hoy vemos las cosas de una manera distinta a como las vimos cuando sucedieron. Dice por ahí el primer resultado de Google (Yahoo respuestas) que "figuradamente quiere decir alejarse un poco de las cosas para tratar de ser mas objetivo" y pues... a eso yo le añado, en mi opinión, que casi siempre es algo que se proyecta sobre cosas del pasado...

Hoy tengo ganas de escribir en perspectiva sobre un tema. No estoy muy segura de si se logre lo de la objetividad pero sí se trata de alejarme y apreciar ciertos detalles, valorarlos y describirlos. Aquí voy...

Creo que las cosas que tu familia cree de ti pueden eventualmente cambiar porque tú cambias. Tu familia de cierta manera te conoce, al menos tienen una idea general de tu forma de ser si bien puede que no conozcan los detalles de tu vida y tus cosas. Pienso y hablo de tu familia, esa que es numerosa y que no vive contigo porque... si hablamos de tu mamá, o en este caso de la mía, es altamente probable de que ella sí te conozca como la palma de su mano. El lío es cuando tiene una imagen de ti y la vuelve una especie de absolutismo inmutable.

Mi problema, falla y/o rasgo conflictivo de mi personalidad (jajajaja ok, eso sonó muy elaborado), es que soy muy comunicativa. A veces es chévere porque ese rasgo lo asocian con la profesión que estudié y el hecho de que soy comunicadora y periodista. Lo maluco fue que esa característica de comunicarlo todo, se fue como caballo desbocado en redes sociales, más específicamente Facebook. Hablo de hace varios años, de cuando estaba en la U, el hoy es muy distinto y de eso en parte se trata ese punto pero no nos adelantemos. En todo caso por ser tan comunicativa mi mamá vivía toda prevenida conmigo con frases como "no me vaya a poner eso en Facebook" (una foto) o a veces salía con que no me contaba ciertas cosas o con que alguien le había pedido que no me contara porque "yo lo ponía todo en Facebook" su argumento era decirme que Pepito o Juanita se enteraron de X cosa por mí que lo puse en Facebook.

Lograr hacer que mi mamá entendiera que yo había cambiado, fue todo un proceso, muchas veces molesto y frustrante para mí, pero bueno, se logró. Ella ya no vive prevenida y yo aprendí a enteder qué cosas puede incomodarle que yo publique. Por ejemplo una foto que tomé el 31 en la que ella decidió salir a última hora y se puso a posar payaseando con un pedazo de plátano en la boca. Seguramente ella no quiere que todo el mundo vea eso, esa foto no la publiqué.

Cambié en parte por Miguel, aprendí un poquito de su discresión y de su ser poco internauta y en general aprendí a vivir más para mí y mis seres queridos y menos para redes sociales. Al poco tiempo de empezar mi relación con Miguel se me ocurrió crear un álbum de Facebook que sólo él y yo pudiéramos ver. Ese álbum todavía existe y ahí llevamos nuestro conteo regresivo de días para nuestro matrimonio. Todos los días publico la imagen de "faltan X días"...

Y ahora estoy en la encrucijada del alma. Porque... yo puedo ser discreta, yo puedo guardar secretos, yo puedo NO contarle cosas a Miguel que mi mamá me pide que no le cuente como por ejemplo el origen de las piedritas que cogí para colocar en nuestro comedor: que eran parte de la piñata sorpresa para el paseo de los Parra el año pasado. Sólo hasta que apareció la piñata en el paseo le conté a Miguel que Olguita fue la que nos hizo el favor de comprar las cosas de la piñata y que cuando nos las llevó al apartamento y vi esas piedritas yo dije "MATANGA!" y mi mamá me dijo que nos las dejaba con la condición de que le consiguiera dos paquetes de vasos desechables que le habían faltado. Bueno, la verdad fue que en su momento le dije algo como "luego te cuento el origen de esas piedritas porque mi mamá me dijo que por ahora no te dijera, el caso es que por haberlas cogido quedamos en que le consiguiera unos vasos", jaja también hay un detalle y es que tengo una especie de transparencia sin límite, más con él que es mi pareja.

Peeeero... es muy difícil ser discreta cuando aquellas cosas que debes callar te llenan de una emoción infinita.. y sí, todo tiene que ver con nuestro matrimonio. Puedo no contarle ciertas cosas a Miguel pero eso no quita el que lo mire y sonría con algo de emoción y picardía y le diga que hay cosas que no le puedo contar pero que me emocionan... es como si estuvieran a nada de salírseme por la boca ("están que me salen letreros") pero me controlo y es mi cuerpo quien refleja la emoción de aquellas cosas que no puedo decir... como el verdadero origen de los dibujos (el porqué existen y para qué son) o el hecho de que mi papá resultó retomando un tema al que le habíamos echado tierrita y me dijo "hágale" bueno, no fue así literal pero sí más o menos, me dijo que averiguara y ayer contratamos cierto servicio que no puedo decir, que será sorpresa para Miguel y para todos los invitados.

Uno puede aprender a moderarse... a no ser tan comunicativo, pero cuando la emoción te jala... no sé, es bonito, es chévere, es difícil... es como volver a ser niño pero tener el auto control del adulto con todo y que el niño interior esté dando brincos de emoción dentro de todo tu ser...

viernes, 17 de junio de 2016

Discurso pro bici

Buenos días. Por favor cierren los ojos. Van a escuchar un sonido y me gustaría que me dijeran con qué lo asocian o qué les recuerda. Traten de buscar este sonido en sus recuerdos más remotos. [Ruido corneta...] ¿Por casualidad ustedes vivieron la época del lechero o del cartero en bicicleta? Llegaban al barrio y se anunciaban con este sonido. [otra vez el ruido], como Jaimito, el cartero, ¿se acuerdan?. Yo recuerdo al de la leche cuando me quedaba donde mi abuelita; la corneta sonaba y ella decía “llegó la leche” y bajaba con sus dos botellas…

Alguna vez se preguntaron por qué estas personas desarrollaban su oficio en bicicleta? ¿por qué lo hacían? ¿qué percepción se tenía en esa época del ‘ caballito de acero’ ?

Que se desplazaban sólo por el barrio, que los recorridos no eran tan largos y que hacerlo en bici les resultaba más práctico, son algunas de las razones que podemos esbozar. Pero... ¿será que la idea de “pobreza” asociada a la bicicleta como el medio de transporte que le tocó usar a alguien por falta de recursos ($$$) existía ya en esa época o solo apareció cuando empezó a ser usada por los obreros, por las personas que trabajan en construcción y que por lo general recorren la ciudad de extremo a extremo entre sus casas y sus lugares de trabajo? ¿qué creen ustedes? Lechero-pobre, cartero-pobre, ¿por eso van en bicicleta?

Hoy vengo a hablarles de este medio de transporte que, de un tiempo para acá se ha popularizado en las grandes ciudades y que desde hace rato forma parte de la vida cotidiana de los pueblos, de la vida en el campo.

La solución a los problemas de movilidad la tenemos a la mano. Fácil, económico y sencillo: subirse a la bicicleta. Es la forma más efectiva de huirle a los trancones de la ciudad y sin duda representa un ahorro significativo en la economía de nuestros bolsillos: sin gastos diarios de pasajes de Transmilenio, SITP, bus urbano o taxi ni mucho menos gastos semanales o quincenales de gasolina o parqueadero.

Si las personas que trabajan en construcción ganan el mínimo, sin duda usar la bicicleta les ayuda a estirar el sueldo pero la visión a favor de este medio de transporte va mucho más allá. Algunas personas de vigilancia también la utilizan, por ejemplo un señor de apellido Tique que trabajaba en mi conjunto. Había conseguido una bicicleta con un marco igualito al mío: Benotto rojo con blanco que ps es un buen marco aunque no ostentoso y… no sé bien cuánto duró con ella pero se la robaron. Él se venía desde Soacha hasta la 119 con Suba, cerca a Bulevar y un día que salió de madrugada lo bajaron de la bici: con arma blanca y agresiones físicas y verbales.

Le dolió por la inversión que había hecho, le dolió porque le había cogido cariño a su bicicleta y le dolió porque se vio obligado a volver a usar Transmilenio… y creo que ya los noticieros nos dejaron bastante claro lo difícil que es salir en hora pico de Soacha, aunque me contó mi pareja que la nueva plataforma ya está funcionando y ayuda a mejorar la situación. En todo caso pues… el problema para Tique, más que el gasto de pasajes, era la tortura del transporte público: los apretujones, las filas y el tiempo de desplazamiento que se le incrementaba por lo menos en media hora. Tique continuó trabajando, enguayabado por su pérdida y con la “lección” de que le iba mejor comprándose una bicicleta de combate que no fuera atractiva para los amigos de lo ajeno. En todo caso le urgía recuperar su medio de transporte y en su mente había algo más que un simple motivo de ahorro. La economía es tan solo uno de los beneficios de andar en bici.

Hay una visión compartida entre todas las personas que nos movilizamos en bicicleta y es algo que trasciende y va más allá de las clases sociales. ¿Han pensado por ejemplo en el estrés que genera la movilidad de la ciudad? ¿Se imaginan lo que se siente liberarse de esa “carga”? andamos por la ciudad livianos y felices. Sentir el aire en la cara, ir relajados, con el tiempo de desplazamiento ya calculado e incluso con tiempo de sobra por si las moscas… tener la libertad de parar si tenemos hambre, si tenemos sed, si de pronto algo nos llama la atención, o quizá ayudar a un compañero que tuvo algún inconveniente con su bici, al menos preguntarle “¿estás bien?”… el espíritu implícito de camaradería y colaboración es algo que vale la pena rescatar. Nosotros no nos peleamos por la vía, con pocas palabras nos entendemos. Rodamos en bici y fluimos con ella, es una sensación genial.

La otra vez un muchacho me preguntó si tenía aire, le presté mi bomba y a su vez le comenté un problema que tenía con los frenos de atrás, era algo súper sencillo, tenía una cosa desajustada, pero ps yo no sabía y él me ayudó. Esa solidaridad no se ve entre quienes van en carro o en transporte público, básicamente porque cada cual va encerrado y aislado en su mundo y porque no es posible parar y entorpecer o complicar aún más el tráfico.

La conciencia del uso de la bicicleta en las ciudades ha cogido fuerza en parte gracias a lo que nosotros conocemos como colectivos, es decir, grupos que fomentan el uso de la bicicleta. En Bogotá hace ya diez años se creó el Ciclopaseo de los Miércoles o ps, de forma abreviada, CPM, que cada 15 días hace ciclopaseos nocturnos recorriendo diferentes zonas de la capital. Del CPM se desprendieron diferentes grupos por localidades, mucho más jóvenes en su creación pero igualmente valiosos: en Suba está Súbase a la bici, que rueda los martes cada 15 días y los jueves ruedan grupos como Teusacatubici (de Teusaquillo), BiKeneddy, Fontirueda, Sucicla (Engativá) y VeloNorte, entre otros.

También existen iniciativas como Al trabajo en bici y Al colegio en bici. Y quiero hablarles de ésta última porque merece especial atención: en los colegios públicos cada vez más se incentiva el uso de la bicicleta y es valioso ver que a los niños y jóvenes se les inculca la bicicleta como estilo de vida sin importar el tema de los ingresos en su hogar. Estas bicicletas son donadas y los chicos adquieren esa cultura de la bici, porque de forma paralela a su proceso educativo se les enseña a conocer su bicicleta y a respetar las normas de tránsito, a preservar su seguridad, a ceder la vía al peatón, incluso conocer algo de la mecánica de este medio de transporte...

Fue muy bonito ver llegar a un grupo como de 250 alumnos con sus uniformes y cascos en sus bicicletas al parqueadero verde de Corferias, este año, cuando la Feria del Libro. Las caravanas acompañadas de profes que están pendientes de los chicos, ellos que entran con gran felicidad, amabilidad y entusiasmo, saludando a la persona que los recibe en el parqueadero… lástima que no caí en cuenta de tomar un video o foto en ese momento… solo me quedé lela mirándolos…

Y algo parecido vi aunque de forma mucho más espontánea y natural, hace unas semanas que fui a hacer una vuelta a Tabio: niños de diferentes colegios en sus bicis. Es que las dos rueditas en los pueblos y en el campo son un tema muy diferente. Tener bici en un pueblo es como tener carro, se facilita mucho la vida, pero muchísimo. Que lo diga Nairo, que sacó piernas yendo a estudiar en bicicleta desde Cómbita hasta Arcabuco o mejor aún, que nos lo diga la tía de Daniela, que… por ahí me contaron que parte de su tiempo lo dedica al cultivo de arroz en el Huila. Doña Pepita, ¿qué tanto usan la bici por esos lados? Sentir que la bici es pan de cada día en los pueblos, que es algo muy común, normal, poco novedoso por lo mismo que es cotidiano es… no sé es tener esa capacidad de ver y apreciar una realidad distinta a la mía y entenderla con algo de maravilla y respeto. En las ciudades la cosa no es así, pero qué bueno ver que en los pueblos sí, me parece muy bacano.

La historia de Nairo, ese niño que, viviendo en una zona rural, cogió la bici para irse a estudiar, es la historia de muchos niños en Colombia, no porque todos lleguen a ser promesas del ciclismo sino porque se les dificulta ir a estudiar. Es por eso que el Centro Comercial Andino sacó la iniciativa de Acompáñame a la escuela que busca recoger fondos y también recibe donaciones en especie de bicicletas y tenis para los niños, especialmente de zonas rurales cuyas distancias de desplazamiento hacia sus lugares de estudio son largas y/o difíciles de transitar. ¿Muy bien, no? Además pues… más rico y relajado todavía rodar por el campo, el aire limpio y puro, la tranquilidad de la naturaleza, el olor a tierra o a los diferentes cultivos…

Privilegios y maravillas que lastimosamente en la ciudad no tenemos. Aquí la consigna de montar en bicicleta por salud es a veces confrontada con la realidad y el argumento de “pero se tragan todo el humo de los carros”... bueno, sí, y al mismo tiempo no. Esa posibilidad se reduce al utilizar bicicarriles y ciclorrutas. Y si por algún caso tocó o elegimos rodar con los carros, aorillados a la derecha ps.. suele pasar que nos toca parar porque hay un bus recogiendo o dejando pasajeros y si sabemos que al arrancar va a echar humo ps nos tapamos la nariz y la boca, es tan solo cuestión de segundos, es posible evitar el smog, eso no le quita la fuerza al hecho de que la bici le sienta muy bien a quien coge por costumbre usar este medio de transporte. Y pues… me puedo colocar de ejemplo a mí y a mi figura hecha a pulso y sin proponérmelo con la bici o hablar un poquito de mi prima que se bajó de la moto y se pasó a la bici ahí sí netamente por temas de salud. Ella tenía problemas de tiroides y obesidad que sumados al ritmo de su trabajo la tenían lista para cirugía. Este año pudo reducir la carga laboral, tener por fin tiempo para pensar en ella y estos 3 meses que lleva de bici, acogiéndose además a la dieta del nutricionista, con mucho juicio, la han llevado a un exitoso proceso en el que además de haber regulado la tiroides es muy probable que finalmente no la operen. Sus medidas hoy en día no son 90 - 60 - 90 pero el cambio se ve, todo el mundo lo nota, es fácil ver su figura menos robusta, mucho más delgada y sin duda más sana; ella está mucho mejor y la bici está jugando un gran papel en su caso.

¿Hace falta que la salud se nos complique para animarnos a usar la bicicleta? mejor disfrutar de sus beneficios hoy, ahora cuando el sedentarismo y las galguerías que comemos no nos han pasado factura de cobro… ahora cuando la rutina parece quitarnos el tiempo de ejercitarnos o nos obliga a volverlo una actividad de sólo los fines de semana o quizá a tener que dormir menos, madrugar o trasnochar más para poder tener una rutina breve de ejercicio todos los días… ejercitarse y desplazarse al mismo tiempo, cumpliendo con los deberes y las actividades del día a día es sin duda otra bonificación. Madrugar a veces duele y el sueño es un bien preciado… así que si el tiempo de la rutina de ejercicio lo gano yéndome en bici, recupero un tiempo de sueño valioso y además puedo comer lo que quiera sin preocuparme de guardar la línea.

Quiero retomar el tema del smog y al mismo tiempo dar un giro: más allá de qué tanto humo de exosto me trago al ir en bici hay un asunto un poco más global y es precisamente la contaminación del aire. En nuestro país la situación no es tan crítica, al menos no estamos como esas imágenes que a veces vemos de China donde el aire se ve gris, denso, y los tapabocas son necesarios, gracias a Dios esa no es nuestra realidad todavía y creo que no es necesario ser alarmista con frases como “para allá vamos si seguimos así”, para entender que la calidad del aire y el cuidado del medio ambiente es responsabilidad de todos. El pico y placa no es solo cosa de mejorar la movilidad en horas pico, también es una medida que aporta a la reducción de emisiones de CO2, lo mismo que el día sin carro y sin moto. Según la Organización Mundial de la Salud el 16,5% de las emisiones de dióxido de carbono corresponden al transporte terrestre, hombre, ¿por qué no aportar nuestro granito de arena? Ahora salió esta “maravillosa” idea de pagar para quedar exento de pico y placa que… ¡ay Dios! es obvio que la medida es un retroceso pero bueno, no nos vamos a ir por ahí.

Las empresas también están tomando medidas para contribuir a la reducción del impacto ambiental. La Cámara de Comercio de Bogotá, por ejemplo, hace aproximadamente dos años les empezó a hablar a sus empleados de la iniciativa “Yo comparto mi carro” que busca que las personas que vivan por el mismo sector se colaboren entre sí de forma que dos o más trabajadores se transporten en un mismo carro. Y además de eso, hace como 6 meses la entidad empezó a ofrecer el servicio de préstamo de bicicletas para sus empleados. ¡Genial, ¿no? Y lo más chévere de todos es que ellos no son los únicos.

Mejor en bici, empezó como una iniciativa que organizaba caravanas por ciertas rutas para desplazarse hacia el trabajo. Poco a poco ellos mismos empezaron a ofrecer las bicicletas. Hoy en día son una empresa que apoyan iniciativas como A los Andes en bici e incentivan el uso de la bicicleta en las empresas mediante un sistema propio que llaman SIBUC: Sistema de Bicicletas de Uso Compartido, un modelo que han implementado en diferentes empresas de Bogotá como Publicaciones Semana, Codensa, Cemex y Bavaria entre otros, además de universidades como Los Andes, la EAN y la Piloto que también acogió la iniciativa en su sede de Girardot. Homecenter por su parte implantó la idea en su sede de Cajicá, vuelvo y digo que en los pueblos es otro cuento, andar en bici es más rico, se goza más.

Siempre se goza y se disfruta. Desde el vigilante y el obrero hasta el trabajador cualquiera. Desde niños, desde que somos pequeños y encontramos en la bici una diversión. ¿Cuántos de ustedes montaron una cicla cuando pequeños? a alguno por casualidad le tocó la panadera? o… ¿la corneta? (otra vez sonido). La bici como la conocemos hoy apareció por allá a finales de 1800 casi al mismo tiempo que el primer vehículo con motor de combustión interna o un poco antes porque si miramos o recordamos ese modelo, era una especie de carroza-triciclo con el motor detrás de la silla.

No sé cuántas personas de las que se transportan en carro o en transporte público se han puesto a pensar en los beneficios de montar en bicicleta… el año pasado, un día en que no me fui en bici a trabajar, mi jefe me ofreció transporte porque su esposo la recogía. El señor se interesó mucho en el hecho de que la bici fuera mi medio de transporte, confesó que era algo que él también estaba considerando, un señor que quizá está sobre los 50 y tantos, y expresó una frase que se me quedó y me agradó mucho oír: “yo estoy que mando esta vaina pa’ el carajo” y pues… la “vaina” era su amplia y cómoda camioneta. ¿Cuántas personas habrá como él? tal vez no muchas. Por eso no estoy segura de qué tan obvia sea la bici como la mejor opción para transportarse: economía, salud, movilidad. Tal vez muchos lo sepan o lo hayan pensado pero por algún motivo no se deciden: que les queda muy lejos, que sudan, que si llueve se mojan, que de pronto los roban. Excusas hay miles, y nadie está obligado a intentarlo.

Lo que sí sé es que mientras la atención del mundo se centró en una especie de triciclo-carroza con motor, maravillados con el invento y llevados por una gran sed y afán de “progreso” se les escapó el pequeño detalle de que la bici, el verdadero vehículo del futuro, y del presente, se había inventado ya hace tiempo… en 1820 apareció el primer prototipo. Ahora miramos a Holanda como el mejor referente y ejemplo de futuro y vanguardia, ellos cambiaron el chip, empezaron a comienzos de los 80 y hoy en día la bici es la reina. "Las autoridades holandesas tienen identificadas 18 millones de ciclas, es decir, que el promedio nacional es de 1,12 aparatos per cápita. Hoy, el 26% de las personas se moviliza en bicicleta, la congestión desapareció, el nivel de vida y la salud de los holandeses mejoró, al tiempo que las ya limitadas diferencias sociales muestran a un país cada vez más equitativo"*.

Para ellos y para nosotros usar la bici y llegar a trabajar o a estudiar en ella es motivo de orgullo. Aunque lo convirtamos en algo normal y cotidiano, cuando alguien se asombra de que andemos en bici y nos dice algo como “uy, y usted se viene desde por allá?”, con ese tono de asombro, se siente rico, se siente chévere. Yo no tengo carro pero mis papás sí. Mi papá ya casi no maneja y yo podría usar su carro cuando no tiene pico y placa para irme a trabajar, pero prefiero una y mil veces mi bici. Lo mismo hacen las personas en Holanda: una de cada dos personas es dueña de un auto, el cual se usa solamente de manera ocasional, por ejemplo si les toca desplazarse entre ciudades o si de pronto tienen algo pesado que llevar.

La realidad de cada uno es distinta. Y solo ustedes saben si quieren y pueden incorporar la bicicleta como medio de transporte en sus vidas. La decisión está en sus manos pero por lo pronto y para terminar, me limito a dejarlos con esta frase: “Si los amantes de la velocidad se hubieran conformado con la bicicleta, el mundo de hoy estaría llegando con su propio esfuerzo al Paraíso Terrenal”.

Muchas gracias.

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* Tomado de Portafolio.com. Holanda le da pedal al resto del mundo. URL: http://www.portafolio.co/tendencias/holanda-le-da-pedal-mundo-491138

jueves, 5 de mayo de 2016

Mis cucharitas...

(La cocina y yo)


Si bien mi experiencia en la cocina es bastante limitada, básicamente porque nunca tuve la necesidad de cocinar, desde hace varios años sigo algunos programas de cocina que pasan por TLC o Discovery Home and Health. Los realities de cocina son bien chéveres, especialmente por la creatividad que le meten... y más o menos siento como una inclinación hacia los postres porque lo que he visto en TV me hace sentir que allí es donde la creatividad tiene más campo.

Cuando empecé a consumir estos contenidos, amaba ver Cupcakes War y Cake Boss pero lo malo de los canales internacionales es que la programación es más o menos un rifirrafe y muchas veces uno le pierde la pista a los programas porque los corren, los quitan o los repiten. Hoy en día pescar Cupcakes War en el TV es una lotería, Cake Boss sí se mantiene, es como el contenido número 1 de Discovery Home and Health... las cosas que ese señor hace en ponqués son impresionantes. Sueño con que me haga uno alguna vez, ojalá, por ejemplo sorprender a mi pareja o, en el peor (el más modesto) de los casos ir a hacerle el gasto a su pastelería en Hoboken.

Después conocí otros programos como Hell's Kitchen y Chopped, luego Chef vs. City y Chef vs. Novato, Master Chef, Cutthroat Kitchen y así varios. ¿Qué tanto he cocinado gracias a esos programas? pues... no mucho. Mi experiencia en la cocina, al menos de crianza se resume así: mi mamá me enseñó a hacer arroz y pollo. Y aunque me falta lanzarme al ruedo (bueno, más bien zambullirme) estos programas despertaron mi interés en este tema y la verdad es que amar a una persona te llena de motivación suficiente para animarte a intentarlo.

Así, el año pasado cuando mi mamá me dijo que tomáramos juntas el curso de cocina saludable que ofrecía la Cámara (5 platos, 5 sesiones, los miércoles cada 8 días después de la jornada laboral, 5-7pm) sin pensarlo le dije "¡de una!". Cuando nos pasaron la presentación de ppt sobre qué platos íbamos a hacer y los ingredientes, le mostré a Miguel y le pregunté que cuál le llamaba más la atención.

El chiste de cada clase, para mí, estaba en llevarle la prueba a Miguel. Sin embargo, el día que hicimos el plato que le gustó más a él según el archivo que vio de Power Point, ese día no le llevé la prueba. Ese plato me lo guardé para su cumpleaños, y 8 días antes lo animé a que saliera a rodar con Julián para que estuviera todo el día por fuera y yo pudiera ensayar el plato con toda la calma del mundo. No fue tan difícil, ya puedo decir que tengo un único plato en mi repertorio: lomo de cerdo en salsa de maracuyá con puré de arracacha y ciruelas pasas. Los otros 4 platos, bien, gracias, no me acuerdo...

Ahora que gracias a Dios (y al hombre maravilloso que colocó a mi lado como pareja) ya tenemos nuestro apartamento, la posibilidad de cocinar es mucho más frecuente. El que sabe, se defiende y lleva siempre la batuta, es Miguel. Yo lo sigo con toda la disposición del mundo. Igual siempre pensamos y decidimos juntos qué vamos a hacer. Pero yo también quiero aportar en este escenario y, en ese sentido, las cosas que veo en Tasty (página de Facebook)... mejor dicho, sin duda vale la pena intentar más de una receta. Lo chévere y complicado a la vez es que está en inglés. Chévere porque amo el idioma, complejo porque en cosas de comida hay un millón de palabras desconocidas pero el esfuerzo y la dedicación de traducirlas y escribirlas (primer paso) siento que es mi primer pequeño y valioso aporte. El siguiente paso es hacer las recetas y sentir que estamos en igualdad de condiciones en la cocina al mismo tiempo que seguimos el paso a paso. Bueno, por ahora sólo he traducido una receta, espero que podamos hacerla pronto.

Recuerdo que cuando estuve de intercambio en Canadá (2004/2005), si no me equivoco, Emily, una de las hijas de Laurel, mi host mother, se iba a casar. Ella estaba en otra ciudad y le habían comprado de regalo un juego de cucharitas que le iban a enviar. Puede que la historia esté alterada pero me acuerdo mucho de las cucharitas porque yo las vi, esa imagen se quedó en mí. Cucharitas de diferentes tamaños y, más que nada, medidas: medidas de cantidad para cocinar. Bueno, tal vez no tuve plena conciencia de lo que eran en ese momento, imagino que luego en algún punto a lo largo de mi vida lo deduje.

Las recetas en inglés siempre hablan de tablespoon (cucharada) y teaspoon (cucharadita). Y asi también media cucharada, media cucharadita, un cuarto de cucharadita y un octavo de cucharadita. Por eso es que venden ese set de cucharitas, ahí están las medidas. Y pues... seré muy quisquillosa pero yo sí prefiero ese maravilloso set que me da la medida exacta y no la típica cucharita de postre del juego de cubiertos porque así que uno diga que la medida de esa cucharita en cualquier juego de cubiertos es exactamente igual pues... tal vez no.

Hoy escribo para contar que traduje mi primera receta: pasta con albóndigas. Que la escribí a mano con todo el esmero y dedicación que logran tal vez no la letra más bonita del mundo pero sí al menos una perfectamente legible y ordenada. Que tengo muchas ganas de probar/hacer esa receta con mi novio o para él y, que además hoy, sin pensarlo conseguí mi juego de cucharitas. Por ahí mi mamá recibió un regalo de cierto almacén y dado que dicho artefacto no es algo que usemos en esta casa me dijo "cámbialo por cosas para ustedes". Y así conseguí tres objetos entre ellos las cucharitas. Ahora no me mataré la cabeza con las palabras Tablespoon (T) y teaspoon (tsp) con sus respectivas fracciones. Ahora tengo mis cucharitas mágicas que responden a la medida solicitada por cualquier receta. Y espero seguir traduciendo y preparando muchas más. Tasty es lo máximo y sentir que el amor te impulsa a cocinar, a aprender y a innovar, sin duda es la cereza del postre.


lunes, 18 de abril de 2016

Los recuerdos del sobre morado

Vi aquella cajita roja y creí recordar con exactitud qué había dentro de ella: una colección de tarjetas de regalos que alguna vez recibí. De seguro empecé a conservarlas luego de que mi mamá me llamara la atención por precimitarme a abrir los regalos de mi Primera Comunión sin saber quién me regaló qué (por loca, afanada).

Lo que no sabía que también estaba dentro de aquella cajita (de primeras) era un pequeño sobre morado, un poquito gordo, por su contenido, que al verlo supe inmediatamente de qué se trataba: "¡wow, severa terapia!", pensé en voz alta. Eran los mensajes que me habían dejado en mi buzón durante la semana que duró ESPAL (Escuela Pastoral de Líderes, 2003). Ese espacio para mí fue muy valioso y significativo. Creo que lo viví plenamente, que me lo tomé muy en serio. Y, en contraste, los recuerdos no son tantos ni tan precisos cómo me gustaría (quisiera recordar más de lo que aprendí y de lo que viví). Sentí que algo de memoria rescataban esos mensajes...

Creo en mis capacidades de liderazgo aunque en general son medio latentes, siento que siempre puse mi mente y corazón en los ejercicios reflexivos y de exploración de pastoral (me entregué o abrí totalmente, además muchos eran de escribir y tenía muchas ganas de mirar para adentro y comprender, de entregarme a Dios, de vivir la fe) pero como que me quedé ahí y nunca proyecté ese liderazgo; eso por un lado. Por el otro, hoy, con toda la pertinencia del caso me pregunto: ¿cómo pudo haberme ido tan bien (uno de los mensajes se refería a ese detalle) en la prueba de oratoria cuando a este pechito de hablar acelerado suele no entendérsele ni jota (ok, estoy exagerando), más aún improvisando? Bueno... de pronto pude ser consciente de bajarle al acelere para ese caso puntual o seguro por el tiempo que necesitaba para pensar (los temas eran los más rebuscados de la vida y/o corchadores) no hubo forma de revolucionarme. Tal vez me sorprendí en ese entonces ("¿Dios mío, pasé?" Bueno, siendo francos lo que seguramente pensé fue "¡Sí! ¡Me salvé de la piscina!" = me sentí ganadora) y me sorprendo aún más ahora al no comprender ni poder recordar qué fue lo que hice bien.

Estábamos divididos por comunidades y cada una había preparado un baile o coreografía (creo que la nuestra fue con La Bomba). Era de noche, nos presentamos al lado de la piscina y luego, uno por uno, pasaba a una especie de tarima, sacaba un papelito, le daban su tema y tenía un minuto para preparar y otro para hablar. Si se enredaba o le iba mal, pa' el agua con ropa y todo.

No me acuerdo qué me tocó a mí. Solo recuerdo uno de los temas más absurdos-difíciles que le tocó a alguien: "el problema de la mosca en la sopa" y qué le tocó a una vieja a la que yo le caía mal: la corcharon poniéndola a hablar de la OTAN... ¿la qué? Estábamos en octavo, teníamos 13, ok: "Organización Territorial del Atlántico Norte", no pues gracias por descifrar la sigla pero sigo sin tener idea de qué es lo que hace, ella no supo que decir y yo me sentí identificada con su ser "corchado": odio la política, en la vida había escuchado de eso y tampoco hubiera sabido qué decir.

El viernes, creo, fue la final con los que habíamos pasado la primera prueba. La mecánica se repetía. Me parece que no me fue tan mal o que me fue relativamente bien, esa vez no hubo castigo de piscinazo pero al final todos terminamos con ropa en la piscina por pura recocha y, si no me equivoco, como que llovió/lloviznó.

Hay incógnitas del pasado que no podemos resolver y pedazos de recuerdos perdidos... la memoria es tan frágil. Quisiera como "pedir permiso" de usar los recuerdos olvidados (abra-kadabra, vuelvan a mí) con fines educativos (deseo de comprender). Pero eso NO es posible. De todas maneras aunque sea frágil la memoria y los recuerdos imprecisos, Espal es una experiencia que atesoro en mi corazón.