viernes, 30 de mayo de 2008

MI SOLEDAD Y YO POR EL CENTRO

JAJAJA... el título un tris creativo y por supuesto haciendo alusión a una canción de mi cantante extranjero favorito: Alejandro Sanz. Se me vino a la mente porque ps simplemente aplica...

Creo que hoy le cogí un poquito de cariño a Bogotá, no sé, como que la valoré más. Esta ciudad donde siempre he vivido no despierta nada en mí, no tengo sentido de pertenencia con ella, tampoco la odio, simplemente X, no sé, mis pasiones, sentido de pertenencia y demás siempre han estado más allá, fijadas en Colombia, en mi amado país y en el sentido de patriotismo... no importa si vivo en Bogotá o en Medellín, es Colombia.

Pero Bogotá tiene muchas cosas lindas; más allá de las cosas que sobresalen por sí mismas como Maloka o Monserrate, existen otras cosas menos pomposas pero inmersas y llenas de cultura bogotana... y la cultura, esa palabra intangible, imposible de dibujar, pero que abarca tantas formas de expresión, a muchos nos atrae... creo que es la mejor manera de invertir el ocio, ese ocio que yo generalmente gasto en un computador.

El Centro de Bogotá para mí NO es un lugar desconocido y aunque es inmenso y no lo conozco todo, con Transmi uno aprende a conocerlo... te puedes bajar en La Jiménez, en El Museo del Oro o en Las Aguas y caminar, conocer...

La primera vez que fui creo que fue al primer día de inducción en El Rosario, luego, el sábado fue la reunión con los papás, también allá en el Claustro, y mientras mis papás estaban en misa, creo, fui con unas niñas a devolver un libro que una tenía de la Luis Ángel, así conocí la biblioteca, o mejor medio supe donde quedaba, ese día que fui todavía no me ubicaba muy bien en el centro, como que uno se deja llevar por los pasos de la otra persona que sí sabe para donde va... en fin fuimos y volvimos. Luego cuando salimos de la reu en el Claustro, mis papás y yo fuimos a buscar algo por ahí entre tanta tiendita y chucherías que hay por la Jimenez, y resultamos cogiendo el transmi en la estación de La Jiménez, no del Museo del Oro, cruzando por toda la plaza de San Victorino... jajaja hasta me acuerdo que una llama o una cabra, ya no me acuerdo bien, de esas que hay para que los niños se tomen foto con ella, se tomó lo que me quedaba de mi Gatorade. Y bueno, mientras estudié en la Quinta, fui al menos unas 2 veces más al Claustro, y caminé por la séptima, conocí un poco por ese lado, e inclusive un día me pegué la patoneada hasta la décima con... 13 creo, donde hay una unidad movil de denuncia, para poner la denuncia de mi billetera... casi que no me la dejan poner por ser menor de edad y yo como que "Ay por fa... mire que me vine hasta acá y todo sólo por eso y ps = ya me falta poquito tiempo pa' los 18" y listo, me dejaron. Jajaja y la patoneada hasta allá se repitió, el año pasado me robaron 2 veces la billetera... menos mal la cédula me la entregaron después... y con el segundo robo aprendí a guardar la billetera en un bolsillo interno de la maleta, no en uno externo.

El 5 de octubre del año pasado saqué mi contraseña muy temprano y acto seguido me fui a la Luis Ángel porque necesitaba libros para.... creo que para lo de la página web de documentación, entonces buscando cosas sobre bailes de cada región de Colombia y eso... y pues tuve que afiliarme para poder sacarlos... ese día tenía plata para... ah sí alisarme el cabello, maquillarme y demás porque esa noche era mi rumba en chiva por mis 18... y pues usé la plata de eso pagando la afiliación a la Luis Ángel... desde entonces cada que es necesario me pego el viaje hasta allá, y así he ido conociendo el centro porque pues no sólo voy a la Luis Angel sino que me pego mis caminaditas por ahí... uno ya sabe que siempre hay unas carpitas así cual mercado de las pulgas, mezcla de feria artesanal con libros de segunda... cuando no está en la plaza de El Rosario, está una cuadra más hacia el norte en un parquesito sobre la séptima... pero siempre están en un lado o en el otro...

A la estación de Las Aguas (la última de la Av. Jiménez), llegué, también por culpa de documentación el semestre pasado... fue el primer trabajo de campo: periódico sobre la Iglesia de Las Aguas... fui como 2 o 3 veces, entrevistando gente, caminando por ahí, supe dónde era la universidad de la gente con plata, más que uno, -Los Andes-, conocí Café del Río que queda ahí al ladito de la Iglesia, vi la estatua de Policarpa Salavarrieta... etc... Con ese trabajo conocí un poquito más el centro... después, en junio más o menos, volví, a acompañar al personaje de la entrada de blog anterior (el que ya casi cumple años), a presentar los papeles o algo así para un préstamo del Icetex, que queda ahí al ladito de la estación de Las Aguas. Y a veces, a veces simplemente paso por la estación porque cojo un bus de transmi en el Museo del Oro, y me voy hasta Las Aguas sólo para dar la vuelta y de regreso conseguir puestos vacíos para poder sentarme; me di cuenta que también hay carpitas como en la plazoleta de El Rosario, al lado de la estación de Las Aguas.

¿Y por qué resulté hablando del centro? bueno pues precisamente hoy fui a la Luis Ángel... pero antes quise pasar por las carpitas que, como no las vi en la plazoleta de El Rosario, supuse que iban a estar en el parquecito de al lado, pero no tampoco, allá habían otras carpas organizadas para un evento que iba a haber, empezaba a las 5 y cuando fui faltaba un cuarto para las 4, tenía tiempo. Resultó que ese evento de las 5 aunque no me descrestó mucho que digamos, no era el único evento: toda la séptima se había convertido en un mar de gente que caminaba hacia un lado o hacia el otro observando las distintas actividades que habían por toda la séptima, era "El Septimazo" que luego supe que es algo que se da todos los viernes: de 5 a 9 pm la séptima desde la Plaza de Bolívar, hasta quién sabe donde porque hacia el norte no caminé, se convierte en una vía peatonal como un pequeño carnaval con mil activivades para la gente. Había rana, golosa, mini obras de teatro y espacios para que uno escribiera sobre Bogotá, sobre qué es la memoria, etc. Muy chévere... estuve como una hora y media por ahí. Pensé que ir al centro en plan de turismo, es un plan que no aguanta hacerlo solo, que es más rico acompañado, pero también pensé que ir solo, no sé, es bueno, es como darse tiempo para uno mismo... es fascinarse por el centro de la ciudad y disfrutar de él sólo, tranquilo, gozárselo sin cohibirse porque "¿qué pensará la persona con la que voy?" Igual no es que a mí me importe mucho lo que la gente piense, pero si yo quiero mmm... jugar golosa y la otra persona prefiere seguir caminando a ver qué más hay, pues bueno, camine... entonces no sé, ir solo también puede ser bueno. Luego pensé en la vez que nos vimos con Raúl en la Luis Ángel, y que leugo nos fuimos a darle maíz a las palomas de la Plaza de Bolivar y pensé en qué "el también se gozaría el septimazo... seguramente el ya sabe que existe y alguna vez ha venido"...

Conocí el centro, conocí más mi ciudad, descubrí que el centro es mucho más que robos y peligro, hay que saber cuidarse y como dicen por ahí "no voletearse", si uno no da papaya, puede disfrutar del centro con tranquilidad, porque hay muchas cosas chéveres interesantes, como dije al principio, mucha cultura bogotana, o artesanías y cosas de otras partes del país...es deleitarse y disfrutar, es ver que ese miedo que uno sentía cuando se metía al centro con los papás realmente no tiene razón de ser, el centro no es el Palacio de Nariño con mil controles de seguridad, pero tampoco es como lo pitan, no es una olla ni un atracadero, sólo hay que saber cuidarse y disfrutar.

Así termina este escrito de Mi soledad y yo por El Centro