miércoles, 3 de abril de 2013

Nuevo inicio...

Ya todos lo saben, creo: tengo un nuevo perrito. Se llama Tobby y es un West Highland White Terrier, o abreviado, simplemente Westie. De esa raza mi mamá y yo, de cierta manera, nos enamoramos como resultado de un malentendido: mi padre quería darnos la sorpresa, había palabreado un cachorro chihuahua y como no se acordaba del nombre de la raza, nos dijo que era como la perrita que yo consentía en el primer piso de la torre 2... ella se llama Sarita, ella es la westie "modelo"... la fuente de inspiración. Cuando creímos que era una raza como esa, mi mamá y yo nos llenamos de ilusión, pero fue una emoción que se transformó en decepción al saber que la raza era chihuahua... no son tan bonitos físicamente y yo quería un perrito peludo...

Mi papá se las ingenió, encontró la raza deseada y un domingo de febrero (el 17), o tal vez el sábado anterior, nos participó de la idea/deseo de ir a conocer a los cachorros en El Rosal. El criadero es del veterinario de aquí al frente, el señor se llama Julián Laverde, tengo presente su apellido por Rodrigo, un compañero del colegio, ayer precisamente le cambié el nombre por eso (Rodrigo, en lugar de Julián, cuando nos fuimos a despedir).

Pienso que sobra decirlo pero a la vez siento una leve necesidad de hacerlo: no me he olvidado de mi Chispis y nunca lo olvidaré, su recuerdo y el afecto que le tuve y tengo es algo sagrado y salvado, cosas inmutables y que permanecen conmigo, en mí. Nunca, por ejemplo, cambiaré mi fondo de pantalla,  ese collage de dos fotos de mi Chispis y yo, una cuando chiquitos y otra de hace más o menos un año. Es el símbolo de su mayor significado en mi vida: llevarme de niña a adulta. Mi fondo de pantalla en el computador es un espacio consagrado para mi Chispitas y su recuerdo, nada que hacer ahí.

Simplemente nos hacía falta un perrito en casa, queríamos tener nuestro tiempo de duelo y así mismo de descanso, sobre todo por Mari, un perrito es una responsabilidad muy grande... y bueno mi papito quiso sorprendernos y complacernos, el pequeño Tobby ya es una realidad. Mi realidad y mi responsabilidad. Esta vez las cosas serán muy diferentes, soy adulta aunque me da risa definirme con esa palabra, en todo caso Tobby NO tendrá que aguantarse a una niña mamona que crece con él y le jode la vida. En lugar de eso se encuentra con una señorita que lo puede llenar de afecto, pero así mismo ella se gasta su vozarrón para darle un buen grito cuando hace sus necesidades donde no le corresponde. El pobre entiende y sale pitado a un huequito que encontró en la cocina: entre el carro del mercado y la pared de la ventana, al fondo. Comparado con mi mamá, siento que sus regaños no hacen ni cosquillas jajaja pero es una percepción subjetiva, mi voz es gruesa... la de mi mamá no tanto, pero bueno, yo hoy en día aún respeto su autoridad y si se pone brava es cosa seria... espero que en ese mismo sentido, Tobby también "le coma cuento" y entienda cuando ella lo regañe...

Es mi responsabilidad también porque... es parte "del acuerdo". Aunque el concepto de "acuerdo", o en las palabras de mi madre la palabra sería "compromiso", me importa poco. Es decir, el compromiso me vale un pepino, no porque lo vaya a mandar al carajo sino por el contrario, porque tengo toda la disposición para ser responsable con Tobby, quiero educarlo y mimarlo, sacarlo a pasear y sí, recogerle su popis en casa mientras completa el cuadro de vacunas, una labor poco agradable pero necesaria como parte de los cuidados. No puedo percibir a Tobby como "hijo" porque entre broma y chanza así llamé a mi Chispitas varias veces jaja... pero sí pienso que este pequeño cachorro puede ser la preparación para ser madre... en algún momento futuro lejano, de 5 años para arriba, mínimo... sabrá mi Dios que desgnios tiene preparados para mí. Sí, me gustan los niños y sí, hace poco escribí un tweet con tintes de aforismo comparando a los niños y los perros por su inocencia y pureza de sentimientos, pero tener hijos no es algo para ya, ni es un plan en una especie de "to do list and check". Las cosas las haces porque te nace no porque te digan que las hagas, no porque exista un "compromiso"... ese es mi punto respecto a los cuidados de Tobby.

Quería escribir sobre él y a la vez dar una introducción a un nuevo espacio. Una idea que está en etapa de "borrador" pero sobre la marcha se irá puliendo: quiero documentar mi experiencia con Tobby de forma que el protagonista sea en un 80% él... el otro 20%, por raticos, será para mis emociones o percepciones frente al proceso de amarlo y educarlo, ahora yo soy la responsable y soy más consciente de dicho proceso. También debí ser la responsable de mi Chispis pero... esa fue una pequeña torcedura del camino... en algún punto de la historia la responsabilidad de sus paseos y cuidados recayó completamente en la empleada (en ese entonces Isabel), y así siguió para siempre.

Tengo videos, fotos y pequeños escritos, bueno no muchos, solo uno público en este instante en mi Facebook (la idea es pasarlo a ese blog y borrarlo de Fb), y otro era la descripción de una foto pero la borré. Cositas como esas, acompañadas también de material audiovisual, irán en un nuevo blog: Las aventuras del pequeño Tobby (en proceso de construcción). No sé muy bien cómo será pero ahí de a poquitos irá saliendo...

Este escrito es la introducción oficial de Tobby y de su espacio.

FIN.