martes, 12 de febrero de 2008

A solas (Poema)

Una de las cosas que más recuerdo de mi ESPAL 2003, fue el que nos hayan hecho aprender ciertas fábulas o retaílas que uno se sabía al derecho y al revés cuando estaba chiquito. A una comunidad le tocó Rin rin renacuajo (jaja qué fácil, quien no se acuerda de casi toda esa fábula, o de una buena parte), a los de mi comunidad nos tocó Simón el bobito ("Simón el bobito llamó al pastelero, a ver los pasteles los quiero probar. Sí repuso el otro, pero antes quiero ver ese billetico con que has de pagar. Buscó en sus bolsillos el buen simoncito y dijo, de veras, no tengo ni unito..." jajaja no me acuerdo de más). Y, a la comunidad que formaba detrás de la mía, me acuerdo mucho que se llamaban M.A.D.R.E, les tocó el poema A solas. Ese poema para nosotros fue súper X, jajaja todas las demás comunidades teníamos fábulas que escuchamos de niños, además de las ya mencionadas, también estaban La pobre viejecita, y Mirringa Mirronga. Pero A solas??? qué hacía un poema en medio de tántas fábulas, jamás lo había oido, y era re largo. Pero recuerdo cuando la otra comunidad practicaba y practiba para aprendérselo. Era bonito, no sé como irónico y melancólico.

Hoy en la electiva de manejo de voz, que por cierto está súper buena, en serio muy chévere, el profesor comenzó a decir parte del poema, a manera de ejemplo sobre una de las maneras de modular la voz, bueno algo así, en todo caso el dijo el primer verso y yo le contesté

-¿Quieres que hablemos?
- Está bien, empieza, habla a mi corazón como otros días, pero no, qué dirías?...

Hasta ahí llegué con lo que me sabía, pero fue suficiente para que me lo asignara como el poema que tenía que traer para el día que nos pidiera traer un poema... igual me gustó aunque no recuerdo mucho, pero bueno ya lo conseguí en internet, y aquí está:

A SOLAS - Ismael Enrique Arciniegas

¿Quieres que hablemos?... Está bien..., empieza...,
habla a mi corazón como otros días...
Pero no... ¿Qué dirías?...
¿Qué podrías decir a mi tristeza?...

No intentes disculparte, todo es vano...;
ya murieron las rosas en el huerto;
y el campo verde lo secó el verano,
y mi fe en ti, como mi amor, ha muerto.

¡Amor arrepentido!...
¡Ave que quiere regresar al nido
a través de la escarcha y la neblina!...
Amor que vienes aterido y yerto...
¡Donde fuiste feliz ya todo ha muerto!...
No vuelvas... ¡Todo lo hallarás en ruinas!...

¿A qué has venido?... ¿Para qué volviste?...
¿Qué buscas?... ¡Nadie habrá de responderte!...
Está sola mi alma y estoy triste,
inmensamente triste hasta la muerte...

Todas las ilusiones que te amaron,
las que quisieron compartir tu suerte,
mucho tiempo en la sombra te esperaron,
y se fueron... ¡cansadas de no verte!...

¡Cuando por vez primera
en mi camino te encontré,
reía en los campos la alegre primavera!...
Todo era luz, aromas y armonía.

¡Hoy todo cuán distinto!... Paso a paso,
y solo voy por la desierta vía;
nave sin rumbo entre revueltas olas;
pensando en las tristezas del ocaso
y en las tristezas de las almas solas.

En torno la mirada no columbra
sino asperezas, páramos sombríos;
los nidos en la nieve están vacíos,
y la estrella que amamos, ya no alumbra
el azul de tus sueños y los míos...

¡Partiste para ignota lontananza
cuando empezaba a descender la sombra!...
¿Recuerdas?... ¡Te imploraba mi esperanza!...
Pero ya mi esperanza no te nombra...

¡No ha de nombrarte!... ¿Para qué?...
Vacía está el ara y la historia yace trunca...;
¡ya para qué esperar que irradie el día!,
ya para qué decirnos: ¡Todavía!...,
si una voz grita en nuestras almas: ¡Nunca!...

Dices que eres la misma, que en tu pecho
la dulce llama de otros tiempos arde,
que el nido del amor no está deshecho,
que para amarnos otra vez no es tarde.

Te engañas... No lo creas...
Ya la duda echó en mi corazón fuertes raíces...
ya la fe de otros años no me escuda...
¡Quedó de sueños mi ilusión desnuda,
y no puedo creer lo que me dices!...

¡No lo puedo creer!... Mi fe burlada,
mi fe en tu amor perdida,
es el ancla de una nave destrozada...
¡Ancla en el fondo de la mar caída!...

Anhelos de un amor, castos, risueños...
¡Ya nunca volverán!... Se van..., se esconden...
¿Les llamas?... Es inútil... ¡No responden!...
¡Ya los cubre el sudario de mis sueños!...

Hace tiempo se fue la primavera...
Llegó el invierno fúnebre y sombrío...
Ave fue nuestro amor... Ave viajera...
¡Y las aves se van cuando hace frío!