martes, 23 de junio de 2020

The flip side on father's day

Tengo varias ideas para compartir frente a la forma como le celebré el día del padre a mi esposo y, más exactamente, frente al manejo que se le da a la fecha por redes sociales. Había pensado hacer un video espontáneo y subirlo por IGTV, pero siento que la gracia de esa idea era haberlo hecho en caliente, osea fresquito, idealmente anoche y al fin no se dio. Entonces pues... aquí vienen mis ideas "reposadas" por escrito. Sobra decir que el título me vino en inglés pero definitivamente el idioma de esta reflexión es en español.

Creo que una de las cosas más bonitas de las relaciones de pareja es como mutuamente las partes se complementan y/o equilibran. En nuestro caso, con mi esposo, pienso que él ha aprendido a dejar de ser tan reservado y/o a abrirse un poquito, compartir de su vida... digamos quizá en redes aunque lo haga esporádicamente casi que nunca o simplemente permitir que las personas que lo rodean conozcan un poco de su vida personal (según me cuenta en la universidad nunca quizo que nadie supiera donde vivía, jeje). Yo por mi parte pues... pasé a darle un mejor manejo a las redes sociales no porque él me lo dijera sino porque entendí el valor de la privacidad, no como algo secreto que haya que ocultar sino porque es justo y necesario guardarse algunas cosas para uno mismo y apreciarlas por el valor intrínseco que tienen y que no depende del hecho de compartirlo en redes ni de cuántos likes o comentarios puedes general: el valor está en la vivencia en sí misma no en la validación que personas externas puedan hacer manifestándose en redes.

En este día del padre con mi esposito supongo que tuve la intención de tomarnos una foto bonita para luego compartirla en redes, la prueba de esto está en que mi mamá vino el sábado a mi casa y le pedí que por fa me trajera la cámara (todavía sigo preferiendo la cámara digital tradicional, no la de los celulares, para esas fotos de fechas especiales/memorables). Pero las cosas fluyeron de otra manera y me pareció perfecto: resulta que toda mi energía y concentración la invertí en cocinar para mi esposito, en esencia puse mi corazón por él y para él. Poco a poco voy cogiendo más experiencia o por lo menos confianza en la cocina y si bien estoy lejos de considerarme una experta al menos siento que ya superé la necesidad de compartir con ese espíritu de "soy una novata y aquí me estoy aventurando, esto es lo que estoy haciendo (cocinando) o lo que hice hoy y así me fue". Esta vez la receta que seguí fue reserva del sumario aunque sí compartí lo del método de cocción en ausencia de horno porque me parece una opción súper recursiva, es la primera vez que la hice y fue mi salvación (lo logré, seguí esta opción y fue un éxito, el plato salió perfecto). Lo bueno es que ahora mi esposo y yo empezamos a ver la necesidad de cambiar la estufa/horno de la cocina como algo apremiante... ah sí, mi tarea es echarle un ojito a la estufa por internet (pendiente). Por ahí me alcanzó a hablar de la idea de hornear y vender galletas y no me suena nada mal, además sueño hornear con Salomé, por ejemplo galletas de Navidad, ojalá en un futuro no tan lejano -ojalá lo logremos este diciembre, jaja-.

No sé... quizá parte de ese sentido de reserva de mi esposo viene de casa, y ps justamente pasó que resultamos donde mi suegra. Ella lo llamó para felicitarlo y me di cuenta, por lo que él me contó de lo que ella le había dicho, que anhelaba celebrar el día del padre con él entonces al rato le dije "no sé, tu madre me dejó pensando"... y le terminé proponiendo que podía llevar a donde ella las cosas que iba a hacer de almuerzo, para celebrar el día del padre con ella y así fue. Básicamente todo se volvió un corre-corre aunque no tanto jeje porque ps si había algo de afán ya que se estaba haciendo como tarde para almorzar pero en estos días logré hacerle entender que por fa no me afanara cuando cocinaba con él, que me tuviera paciencia, mejor dicho aprendí a aceptar mi ritmo lento y ps necesito que él también lo respete jeje igual ahí de a poquitos voy mejorando. En todo caso esperar que el (ya no secreto) suflé de atún se cocinara, desmoldarlo, sacar el pie de limón de la nevera que había hecho la noche anterior, terminar de alistar las cosas (de cocina más la pañalera con lo de Salo) y corra. Y ps el tema era llegar, servir todo y compartir... simplemente eso, nunca me pasó por la mente la idea de foto, definitivamente tenía puestos mis sentidos en la experiencia en sí misma por y para nosotros, los allí reunidos y presentes, no para las redes, no para mostrar con orgullo las cosas que había preparado, no para mostrar lo feliz que había hecho a mi esposo o el buen momento que tuvimos en familia.

No digo que compartir en redes sociales sea malo, solo... no sé, viví el día del padre quizá de una forma distinta a lo que es el "común denominador" hoy en día, simplemente NO tuve afán de mostrar, no pensé en el mundo digital para nada. Claro, hay personas que no son tan afiebradas de las redes, por ejemplo tengo varios familiares que poco publican y quizá conecten con esto que escribo. En mi caso pues... sería una hípocrita si pretendiera aquí volverme una detractora de las redes sociales pues creo que es bastante lo que publico de mi hija especialmente en Instagram y pues pasa que la emoción de madre con cada cosa relacionada con ella me desborda y me lleva a ese querer compartir, que cuántos estén de acuerdo o no, no lo sé, pero creo que es más fácil entender mi sentimiento y el porqué de mi actuar que juzgarme (y si no ps de malas, jaja). Lo mismo pueden decir quienes ayer compartieron con alegría en redes sociales cómo celebraron el día del padre con sus progenitores y/o cónyugues, la felicidad y no la "moda" o tendencia los llevó a compartir. De todas formas no sobra plantearse la posibilidad de sacar los celulares de las celebraciones en familia, mejor dicho revelarse contra la tendencia que impuso Instagram de publicar al instante, es más importante estar presente en el momento que estás viviendo con tus seres queridos especialmente si se trata de una fecha especial que el afán de compartirlo (desviar tu atención hacia esos dispositivos y sus pantallas en presencia de tus familiares). Considero yo que es válido tomarse tantas fotos en familia y/o selfies como se quiera pero es sano y sabio también saber aguardar para publicar. Quizá por eso también sigo amando la cámara de fotos digital tradicional. Para mí por lo general usarla implica esperar a la noche ya sin invitados o ya sin estar de visita para ver las fotos con calma y escoger cuáles compartía. Buscando por lo general compartir pocas -no tantas- o si fuere el caso hacer un collage.

Esta soy yo aquí y ahora. Y así es como mi esposo me ha influenciado/equilibrado.

FIN.