Lo que sentía en ese momento, cuando fue necesario apelar a esta frase así como un label mental con tinta indeleble, era un sentimiento digamos que mal encauzado. Era una mezcla de añoranza y envidia. En el fondo tenía la idea de que alguien me había quitado algo, alguien había reclamado algo que era mío y me había dejado sin territorio. Quería recuperar eso. El espacio y/o el sentimiento...
¡Qué tontas y bobas son las rencillas y diferencias del pasado! y si ese es nuestro punto de partida ("justificación") para sentir algo, muy seguramente también estamos equivocados. En algún momento sí pretendí que JPC llenara ese vacío, y sí intenté encajar, pero no tardé mucho en darme cuenta de que definitivamente NO pertenecía; la práctica en ese sentido hizo lo suyo. Muchas cosas me rayan en la forma de pensar, por eso, tomar distancia y sentirme ajena a ese pensamiento, a veces cuadriculado, era lo más fácil, lógico y coherente. Algo como "tu molde me choca y por nada del mundo voy a 'amoldarme'". Sí, algo así, es mi mejor analogía.
Me moría de ganas por volver. Ya no me importaba la idea de "recuperar algo". Simplemente anhelaba volver a aquel espacio que guardaba con tanto afecto en mi corazón y fue genial porque la conexión que sentí fue... wow! aquí pertenezco. No tengo que buscar nada más. Esta es mi casa y va más allá del colegio. Mi casa es pastoral y es De La Salle. Es algo que se siente en lo más profundo de tu ser, en serio. Desde cosas tan sencillas como las frases que decimos... hasta canciones que te conectan y te hacen sentir que este es tu lugar. Es como conectarse desde la emoción, es indescriptible en serio.
- Viva Jesús en nuestros corazones
- Por siempre
- Acordémonos que estamos en la Santa Presencia de Dios
- Y adoremos Su Santo Nombre
- ¡Lasallistas!
- ¡Presentes!
- ¡Lasallistas!
- ¡Por siempre!
Sentido de pertenencia. Es eso. No sé si sentirlo necesariamente implique retribuirlo, comprometerse. Sí me gustaría y sí espero poderlo hacer en algún momento, pero ya no es prioridad. He perdido contactos, no sé por dónde o cómo empezar y tampoco quiero ponerme a rogar (es que las puertas se tocan pero nunca se concreta nada y en parte es culpa del interesado, osea yo)... Al mismo tiempo desconfío de mi nivel de compromiso, me siento en otra onda, y si me meto no quisiera faltar nunca. Siento que ya es tarde y que ya no importa... incluso de las primeras cosas que pensé ayer a modo de respuesta frente a la frase con que inicié este escrito, fue esto:
El tiempo no vuelve pero lo que sientes permanece...
Es eso, conectarme y sentir fue suficiente. Me gustó que el mensaje de Frank, en medio del evento, me caló sin tener que elaborar la reflexión más profunda de la vida o sentirme mal... fue pertinente porque ayer fue un día feo y de choque con mi papá... sí, sí quiero volver, yo quiero mucho el espacio, soy orgullosamente lasallista y adoro pastoral. Quiero hacer algo ahí, siento que me llama y me convoca. Solo que no quiero hablar de más y luego ver que mis palabras se las lleve el viento. Tampoco quiero ir con 200% energía-emoción y poco compromiso. Esto es de mesura y prudencia, de saber hacer las cosas con calma y de no dar nada por hecho. Realmente he aprendido a no botarla toda de una, y es eso en parte lo que me tiene en un momento Zen, tranquila.
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